Y yo que pensaba que ya tenía la plaga de plusias totalmente controlada... pues parece ser que no, hoy he encontrado dos orugas pequeñas y supongo que todavía irá naciendo alguna más. Lo importante es detectarlas a tiempo porque se trata de animales muy voraces capaces de comerse la tomatera antes de que te des cuenta.
Cuando son pequeñas producen un daño en la hoja muy característico: unas pequeñas celosías como las que vemos en la parte central de la hoja (no los agujeros grandes sino esos otros más pequeños que están pegados al nervio).
Y al darle la vuelta a la hoja encontramos a la Autographa gamma. Está sobre el nervio de la hoja, en la parte izquierda, y es realmente pequeña.
En esta otra foto tenemos la misma hoja, la misma oruga y una moneda de 2 céntimos para poder comparar los tamaños.
También me he encontrado con orugas que se encuentran alojadas dentro de la propia hoja, comiéndosela desde dentro. Se aprecia como una bolsa semitransparente.
Una bolsa donde al trasluz podemos distinguir perfectamente la oruga y sus heces.
Y en la siguiente foto tenemos a la malvada oruga fuera de la bolsa.
Está visto que hay que armarse de paciencia e intentar encontrarlas cuando son pequeñas, por eso viene muy bien cortar las hojas que ya estén comidas (aunque sea muy poco) porque así podremos detectar rápidamente a las nuevas, pequeñas y voraces oruguitas.