
Si ya es emocionante tener un huerto y ver crecer las tomateras, los calabacines y demás verduras, debe ser todavía mucho más poder comértelas. Yo aún no he tenido ese placer, pero no desespero y este año lo vuelvo a intentar.
Y no solo lo vuelvo a intentar como horticultora, este año, además, me meto a criadora de gallinas, que también tiene que dar mucho gustito poderte comer tus propios huevos (?).
Estas son Manolita (derecha) y Matilde (izquierda), tienen 4 meses de vida y aún no me han dado la alegría de poner un huevo, pero es normal, son todavía un poco jóvenes. Son muy amigables y "hablan" bastante cuando me acerco a ellas, pero no cacarean, es más bien un murmullo suavecito y agradable.
Tengo entendido que el cacareo es el anuncio de que han puesto un huevo y, aunque espero con ilusión la llegada de ese momento, me da un poco de miedo que pueda resultar molesto para los vecinos y tenga alguna queja.